NACIONALES
18 de marzo de 2020
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Carmela, la empresaria uruguaya que asistió a un casamiento y tenía coronavirus, contagió al menos a 20 personas
MONTEVIDEO.- Carmela, la empresaria uruguaya que fue a una megafiesta de casamiento luego de traer de Europa el coronavirus, contagió a, al menos, 20 personas, que están bajo tratamiento, entre ellos, a uno de sus hijos, de 30 años.
Mientras, otros asistentes a la boda y familiares están con análisis para saber si están afectados o no. La mujer, que se hizo famosa por sus audios y críticas de amistades por ese episodio, enfrenta ahora una denuncia ante la Policía que derivó a la Justicia para disponer medidas.
La preocupación de vecinos de Carmela está en la posible propagación del virus ahora que cumple reposo, porque constataron que recibe visitas y que sus familiares circulan por el complejo residencial luego de estar con ella.
El viernes 13 se habían reportado los primeros cuatro casos de infectados con el virus, que subió a 8 el domingo, a 29 el lunes y a 50 este martes.
Por este motivo, el gobierno acordó el cierre de todos los shoppings, salvo comercios de alimentos y de farmacia, suspenderán ferias de ropa y similares, y dispuso patrullaje en las calles para evitar aglomeraciones.
El viceministro de Salud Pública, José Luis Satdjian, informó este martes que de los 50 casos de uruguayos afectados por coronavirus, 20 personas fueron contagiadas por un mismo caso. LA NACION pudo confirmar que todos esos casos fueron de personas que concurrieron al casamiento al que fue Carmela, a pocas horas de haber regresado de Europa con síntomas gripales, o que tuvieron contacto con ella.
Luego del casamiento, siguen las infracciones
La cuarentena de esta mujer también está cuestionada porque la viola por completo. La administradora del complejo ubicado en la rambla montevideana denunció a Carmela porque "la frecuentan sus dos hijos de aproximadamente 20 años cada uno, los cuales ingresan todos los días" y "pasan varias horas en el interior con su madre". Agregó que "luego prosiguen haciendo su vida como si nada ocurriera estando en contacto" con los otros residentes.
La administradora sostuvo que de esa forma se "exponen a diario a contraer dicha enfermedad y luego pasan por la ciudad poniendo en riesgo la vida de otros ciudadanos".
Eso fue reportado por los guardias de seguridad del moderno complejo.
La Policía pasó el expediente a la Fiscalía de turno, cuya titular dispuso tomar declaración a la denunciante y a los porteros, y "enviar un móvil" policial para advertir a Carmela sobre lo que supone "violar las medidas sanitarias". También se indica a los agentes que pongan al tanto a la empresaria enferma que su situación pasa a ser considerada a nivel fiscal.
Conmoción
En tanto, el principal barrio residencial montevideano, Carrasco, se ha visto conmovido por el caso, desde que la propia Carmela hizo circular un mensaje por redes sociales.
La esperada celebración fue el sábado 7 de marzo en el corazón de esa zona de chalets y mansiones familiares, entre Valentina, una psicopedagoga de 26 años y Santiago, un médico de 29 años.
La ceremonia religiosa fue en la "Parroquia San José de la Montaña" y la fiesta se hizo en la "Sociedad Criolla Elías Regules". El local que recibió a familiares y amigos de los novios es un parque natural de cinco hectáreas, con arquitectura de casco de estancia y la recreación de una estación de ferrocarril, una capilla y una típica pulpería de campaña.
Carmela, que se hizo famosa involuntaria por bromas e ironías ácidas que se replican en ambos lados del Río de la Plata, había viajado dos veces a Europa, durante el verano, a Milán y a Madrid, y fue ahí donde contrajo el virus.
Había tenido síntomas preocupantes pero dijo que no le habían aceptado hacer los análisis y por eso, apenas tres días después de regresar a Europa, se fue a la peluquería, se preparó para celebrar y fue a la fiesta donde abrazó a novios, familiares y amigos, repartió besos y bailó en la pista.
Un día después vio que su situación empeoraba, fue revisada, se le hizo el examen y ahí se comprobó su estado gripal, no de la gripe común sino del virus que hace tambalear al mundo.
Eso generó conmoción en el micromundo de Carrasco, donde vive la flor y nata de la alta sociedad montevideana.
Uno de los mensajes incluía una lista de gente que había ido a la fiesta y estaba con algunos síntomas de gripe, como tos y fiebre: "Martín, Mónica, Juan Pablo, Fili, Pipa, Luisa, Pili, Pauli, Pablo, Chona, Inés, Ernesto, Florencia, Fede, Ana, Carmela, Fynn, Aleco, Flor (amiga de Titi), Capu... ".
Por: Nelson Fernández
Fuente: La Nación