22 de diciembre de 2025
CUANDO LA SILLA VACÍA MARCA EL PULSO DE LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO

Las celebraciones de fin de año imponen un mandato de felicidad y ruido que, a menudo, contrasta con los procesos internos de duelo.
Las luces parpadean en los balcones, los grupos de WhatsApp explotan organizando el menú y el calendario marca, casi como una sentencia, que llegó el momento de celebrar. Sin embargo, en medio de ese estruendo colectivo, hay un silencio que cobra cuerpo y peso específico: el de quien ya no está.
La silla vacía en la mesa familiar se transforma, para muchos, en el protagonista silencioso de la noche. “Cuando se hace tanto ruido, más cuerpo cobran los silencios de las ausencias”, reflexiona con agudeza María Córdoba, becaria doctoral del Conicet en el Instituto de Investigaciones Psicológicas que investiga sobre procesos de duelo.
Para la especialista, estas fechas funcionan como una caja de resonancia donde la falta de un ser querido, ya sea por fallecimiento, distancia o ruptura, se amplifica ante el mandato social de la alegría compartida. “Las fiestas son celebraciones universales donde somos muy mirados. La pregunta sobre con quién la pasamos o qué vamos a hacer hace difícil eludir la cuestión”, explica. Y agrega: “Es en esa multitud de lo que sería una mesa habitual donde la ausencia de un rol o un vínculo significativo se reaviva, trayendo consigo el dolor y la tristeza”.
Fuente: datachaco.com










