El intendente Adalberto Papp subrayó el esfuerzo conjunto entre el municipio y la comunidad religiosa para garantizar el éxito de esta celebración. “Nosotros siempre tenemos un compromiso muy grande con la comunidad religiosa el 8 de diciembre en la Virgen del Mesón, acompañando a las autoridades religiosas que realmente hacen mucho por toda la ciudadanía. Vinimos a pedirle a la Virgen que nos acompañe a refundarnos, renovarnos, renovar fuerzas para seguir adelante”, expresó.

En este marco, Papp destacó el trabajo del personal municipal en la preparación del predio. “Agradezco a todo el personal municipal de todas las áreas que han trabajado para presentar bien este predio, que es hermoso, grande y tiene que estar bien presentado. Habría que limpiarlo, parquizarlo, fumigarlo y ponerle todo lo que era necesario. El municipio hace todo el esfuerzo para cumplir con los fieles que vienen tanto a venerar a la Virgen”, afirmó.

El intendente también valoró la labor pastoral del Arzobispo Hugo Nicolás Barbaro, a quien consideró una figura de gran cercanía. “He hablado mucho con él varias veces de distintos temas, que a veces uno no puede tener la oportunidad de hablar. Él siempre te transmite rezar, tener fe y seguir adelante. No aflojar con los problemas porque siempre se superan cuando uno tiene un compromiso con la ciudadanía y es una persona de bien”, expresó Papp.

Por su parte, el Arzobispo Barbaro reflexionó sobre la profundidad de la fe manifestada por los fieles. “Una multitud, también acá en el Santuario de la Laguna, renovando efectivamente su fe. Su fe es creer en Dios, pero bueno, con toda nuestra fuerza, con todo nuestro corazón. La fe se manifiesta en esta piedad popular de la gente que viene con sacrificio. Vinieron las bicicletas de Sáenz Peña, gente grande, ocho horas de bicicleta a la noche. Esto es riesgoso también, pero estaban contentos. Son sacrificios que se hacen, que manifiestan el amor”, señaló.

El Arzobispo también compartió la importancia de la oración como camino de vida. “Rezar sin intermisión, rezar, pedir a Dios que nos ilumine, que nos llene, que nos asista y así, bueno, mejora el mundo también. Aunque tenga sacrificio, la vida se hace feliz. Y que también hace que quedemos en segundo plano. Lo primero sea, por ejemplo, la familia: la felicidad de la familia, el bien de la sociedad, el bien del entorno”, expresó.

La Fiesta de la Virgen de la Laguna, celebrada en un entorno de profunda espiritualidad, fue un testimonio de la devoción y la unión de miles de personas que acudieron al santuario desde distintos puntos del país. Esta tradicional conmemoración reafirmó el compromiso de las autoridades y la comunidad para mantener viva la fe y la esperanza.